" Breves y densos son pues esos poemas, a la imagen de los jaikais japoneses. Pero no son realmente jaikais porque estos últimos obedecen a reglas de composición muy estrictas. Yo los llamaría, más bien, segundos, minutos, o instantes de eternidad porque es eso lo que ellos anotan, son relúmpagos interiores, iluminaciones repentinas, milagros espontáneos, encuentros fortuitos de lo real y lo irreal, el salmo del canto de un pájaro, el tropario de una fuente, el kyrie eleison del viento, todos esos ruidos, esos murmullos, esos soplos y cuchicheos que el monje percibe en él. pero, también, fuera de él y que él describe de manera breve, a la manera de las pinceladas de un pintor impresionista."
JACQUES LACARRIERE
A propósito de Symeon Mnims, en Le Mont Athos. Ed. Impnmene Nationale

" El Padre Simeón explica que para él escribir es una manera de vivir más profundamente la naturaleza que lo rodea en la montaña, y otro modo de orar y de encontrar momentánea redención y consuelo... parece una de esas raras excepciones de la especie humana capaz de cambiar de vida todas las veces que haga falta, incluso ahora. ¿ Para que lo hará ? Para no apolillarse en la rutina ni convertirse en una estatua; para seguir explorando las infinitas posibilidades del mundo y de la vida hasta el último aliento con esa curiosidad regocijada con la que me interroga sobre todo lo que sé y no sé... ¿ Por qué me ha impresionado tanto conocer al Padre Simeón que. cuando nos despedimos, tengo la impresión de separarme de un viejo y querido amigo? Por su rica calidad humana, desde luego..."
MARIO VARGAS LLOSA
en El Pais, 29-9-02