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9786185421120
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La dieta moderna considerada hoy que la dieta mediterránea como una forma de vida que da la longevidad y buena salud. La mayor parte de las investigaciones, sin embargo, que han tenido lugar internacionalmente, han reconocido a la dieta cretense como el ejemplo más típico y más revelador de la dieta mediterránea. Tras haber constatado que los lugareños tienen menor tasa de mortalidad, la menor mortalidad mundial por enfermedades cardiovasculares y por cáncer, se comenzó a buscar la identidad de la comida que ofrecía (y da) a los cretenses estos excepcionales beneficios para su salud. Muy pronto se reveló que esta es una historia que parece perdida en las brumas del tiempo. No es el resultado del estudio de unos científicos, ¡sino de un experimento biológico que dura unos pocos miles de años! La historia de la dieta cretense empieza muy temprano, incluso antes de la era neolítica. Los hallazgos de las excavaciones arqueológicas, parece que los antiguos cretenses, los minoicos, consumían productos casi idénticos a los que se consumen en Creta actual. En los palacios de la época minoica se encontraron tinajas de aceite de oliva, cereales, legumbres y miel. Y en las variadas representaciones iconográficas observamos el maravilloso mundo de las plantas y de las hierbas de Creta. En la época bizantina los cretenses mantuvieron sus costumbres y la cocina de las familias urbanas gustaba de platos complejos, que ofrecían un sabor excepcional. La población rural continuaba explotando la naturaleza y sus productos. Estos forman la base de la reconocida cocina tradicional de Creta. Gramíneas, leguminosas, cereales, aceite de oliva. El cretense podía cocinar los productos de muchas maneras para hacerlos deliciosos y gustosos. Este hábito le ayudó a sobrevivir en condiciones extremas, cuando la isla fue ocupada sucesivamente por los árabes (824-961), por los venecianos (1204-1669) y los turcos (1669-1898). El cambio más significativo en la dieta cretense fue cuando comenzaron a difundirse en la isla de los productos que venían del Nuevo Mundo, especialmente los tomates. Por lo tanto, en la dieta rica cretense fue añadido otro producto. Los gobernantes fueron cambiando, pero no cambió el alma, la religión, la lengua y... la cocina cretenses. Esta continuidad creó entonces el milagro de la dieta cretense.